Conociendo a San Antonio
La
primera vez que conocí esta devoción fue por medio de mi madre, y luego por un
sacerdote que fue nuestro párroco o pastor , en la década de los 80,
increíblemente un día, un amigo que estaba en el seminario Franciscano, me
invitó a comer durante la cuaresma a la parroquia Santa Teresita en Ponce, allí
a eso de las 5:30 a 6:00 pm.
Fui
cenar con los Padres y los seminaristas que se preparaban para el sacerdocio,
esa misma semana unos días antes había soñado con una reliquia de un santo, la
misma estaba en un envase o forma parecida a una custodia, de las que se
utilizan para la exposición del Santísimo Sacramento, en el sueño que también
estaba en una capilla, me mostraban la reliquia del Santo para venerarla y
admirarla. Entonces curiosamente el día de esta hermosa cena, antes de comenzar
a ingerir los alimentos, fui invitado hacer la liturgia de las horas, oraciones
en comunidad, me sentí agradecido, de tener el honor de comer con estos santos
varones. Cuando entro a la capilla, oramos, cantamos y antes de terminar, miro
hacia el altar y veo, la misma reliquia del sueño, la toma en sus manos el
rector de seminario, y la pasa hacia los presentes uno por uno, para que la
tomen en sus manos, cuando la vi de cerca, le pregunto al Sacerdote, ¿de quién
es esta reliquia?, él me contestó: ¡San Antonio de Padua!, podrán imaginarse mi
reacción pues un día antes había soñado, con este Santo varón, Doctor de la
Iglesia, siervo de Jesucristo, ¿por casualidad? No lo creo, pues para Dios;
todo tiene un propósito y fue de manera muy evidente. Todo lo ocurrido guarda
relación y similitud impactantes, yo comprendí que por alguna razón, este santo
estaba revelando su amistad para conmigo.
La
Segunda ocasión que se manifestó esta amistad con San Antonio de Padua, fue por
otro sueño. En esta ocasión se me reveló frente a un altar donde tenía mi
Biblia, en el sueño me decía, Rey se fiel a la Eucaristía pero también a las
Sagradas Escrituras, en el mismo sueño me mostraba, una Hostia gigantesca,
encima de la Biblia, dando a entender la importancia de ambas cosas; la Palabra
la cual es Pan de vida y al Eucaristía o Santa Cena como la llaman los hermanos
de otras denominaciones cristianas, alimento del alma. Entiendo sin lugar a
dudas que fue un sueño que Dios permitió, de hecho para saber si un sueño o
revelación es sana o verdadera, la Iglesia lo determina en base a lo que
expresa o manifiesta un sueño, pues si la devoción va dirigida a los exaltar
algo incorrecto o solamente a la persona, la Iglesia lo determina como falsa
devoción, pues no honra a Dios como único Señor y Salvador. Pero precisamente
este sueño es a favor de Jesús y a la poderosa Palabra de Dios.
Estando
yo en la búsqueda de una buena mujer, deseando una compañera idónea, invoque
con cariño a San Antonio de Padua, pidiendo su intercesión; pues yo había
conocido varias chicas, entre ellas mujeres muy católicas pero ninguna cumplía
con las especificaciones que Dios desea para alguien, que tiene un ministerio a
temprana edad, pues había recibido a los 18 años el llamado de ser Ministro Extraordinario
de la Eucaristía, también el llamado de predicar y esto conlleva una pareja que
respalde y entienda un ministerio. Había tenido varias “novias” oficiales pero
nada serio, así que ya estaba pensando que quizás era llamado a la soltería o
al sacerdocio, por esa razón, mi director espiritual me permitió hacer un voto
de castidad, sujeto o condicionado a encontrar la chica idónea, mientras tanto
había prometido vivir en la castidad y virginidad, algo que no es muy común en
nuestros días. Precisamente antes de hacer ese voto conocí a la que es mi
esposa. Pero Justo antes de conocerla soñé con San Antonio de Padua el cual se
me presentaba, en una similitud a un cuadro al Sagrado Corazón de Jesús pero
con la cara del santo y me señalaba una chica, que no distinguí bien pero
precisamente esa misma semana conocí a mi prometida.
Uno
sabe que esa persona es especial, quizás no es perfecta pero sientes algo
especial, es como una confirmación que esa persona es la escogida, un latir de
tu corazón, te confirma que esa es la persona que Dios escogió como esposa. San
Antonio sirvió de intercesión para poder ver claramente, quien era la persona
que sería la madre de mis hijos. Luego de manera providencial me encontraba con
personas que admiraban la vida de San Antonio.
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Por Rey Lugo
Predicador RCC
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