La gente dice amar a Dios, pero desprecia a los pecadores


Zaqueo Fruta Madura

 

En aquel tiempo, Jesús, habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publícanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa. Se adelantó a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador. Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré cuatro veces más. Jesús le dijo: Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.

 

La Palabra dice: Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. A veces somos el obstáculo para que las personas vean a Jesús, por eso el comentarista bíblico detalla que a “Por causa de la gente” no podía ver al Cristo, pero este hombre busca un acomodo razonable para su “Impedimento” por ser bajito de estatura, vemos que encuentra una solución. Zaqueo se trepa en el árbol y como fruta madura esta lista para ser “Comida” por Dios, el

 

Poderoso de Israel había esperado el momento apropiado para que se diera esta conversión. La inmadurez moral de este hombre lo había llevado a cometer muchas injusticias sociales como  robos y corrupción, pero su vació no había sido llenado por sus lujos, riquezas o cuentas bancarias. Subir a un árbol es señal de humildad, reconoce su limitación y hace un acomodo razonable, se trepa, no le importa lo que la gente piense, su fama no es muy buena que digamos, es rechazado por la gente que envidia su posición social la cual es ganada no de la mejor manera. Ciertamente el gesto llamativo de este hombre aparentemente bajo de estatura sorprende a Jesús que se invita a ir a comer a su casa.

 

La historia de Zaqueo debe darse cada día. Es nuestra propia historia o debería serlo. Somos hombres y mujeres que buscamos a Dios porque somos frágiles. Una multitud que quiere ver en su vida a Cristo cerca pero se molestan al ver que Cristo prefiere a ese “Pecador”. Pero se olvidan que ellos son los preferidos de Dios, nosotros hoy día seguimos criticando a los políticos corruptos, los señalamos como señalaron a Zaqueo, los juzgamos y también los condenamos. Decimos: Mira tú desgraciado pillo, ladrón deberías podrirte en la cárcel. Pero gracias a Dios existen personas que a pesar de nuestra baja estatura en el espíritu, nos atrevemos a treparnos a un árbol, porque a toda costa queremos encontrarnos con Jesús.

 

La Iglesia o comunidad debería ser como Jesús, mirar al hombre y no perder su visión evangélica de llegar a los que no conocen al Señor.  Y actuar como Él. Y Cristo no se hace esperar, surge al encuentro, pasa por el camino, fija su profunda mirada en nuestros ojos, que brillan de ilusión. Y nos dice: “Hoy quiero quedarme en tu casa”. ¡Y nuestro ser se inunda de complacencia! Te imaginas que un deportista o un artista famoso te pidiera quedarse contigo, en tu propio hogar ¿Sería tremendo verdad? Hemos encontrado lo que buscábamos, la fuerza para nuestro agotamiento, la paz y el bienestar para nuestras vidas.

 

El Señor cambia nuestras vidas. Zaqueo dio a los pobres la mitad de sus bienes. No le dio el 10% dio un 50%, nosotros que también buscamos con empeño a Jesús, resurgiremos reformados de ese encuentro y le facilitaremos la obra de evangelización dando el diezmo que es lo mínimo que pide Dios, claro está, si eres tocado por el Señor puedes dar más que eso, pues nunca esta demás, pues la obra de Dios necesita de hombres desprendidos y llenos de amor.

 

Ejercicio:

 

Hoy me subiere espiritualmente tan alto como pueda y le diré aquí estoy Jesús.
 
 
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Por Rey Lugo
Predicador RCC
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