Muchas veces el reprimir un deseo, puede hacer que lo
desees más, la solución no es reprimir por simple voluntad. Si no sabes que
hacer frente a una tentación o como otros dirán; una ocasión para hacer cosas
de las cuales te podrías arrepentir. Dependiendo claro está de tu grado de
conciencia.
Pero lo cierto es que estudios demuestran que
reprimiendo no es la solución.
Cuando le dices a un niño: No hagas esto le estas
diciendo hazlo. La razón según algunos especialistas del neurocoaching es que
la mente no escucha el NO, por tanto si dices no lo hagas el cerebro percibe,
hazlo.
Por eso cuando un hombre por su religiosidad se ala
que sea se propone no “mirar” chicas o chicos en el caso que sea la mujer, es
cuando más deseos tendrá de mirarlos. Eso hasta cierto punto es normal pero
cuando reprimimos los deseos son aumentados por lo que es prohibido. ¿Qué
hacer? Sencillo mirar pero mirar con respeto, admiración, habrá momentos en que
se confunde le deseo con la pasión y la pasión con el deseo.
¿Es lo mismo? Claro que no la pasión es algo que
sucede como parte un amor que nace, mientras que el mero deseo es el descontrol
de un momento. Para muchos el deseo es una pasión pasajera pero para el poeta
enamorado la pasión es un mover a las cosas por las cuales amamos y veneramos.
Cuando reprimes solo aguantamos momentáneamente, algo que realmente nos
gusta. La próxima vez no reprimas simplemente mira, observa, analiza y decide
que hacer. Pero reprimiendo no quitaras algo que es parte de tu naturaleza.
Cuando amas reprimir no es tu norte, pero el amar si
lo es. Ama y toda mal pensamiento o deseo pasará a ser lo mejor de ti.
El autor es Rey Lugo escritor, consejero y conferenciante.
te.l 787-396-2905
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