Lo que nunca te han contado de este personaje,
puede cambiar tu vida.
La
paciencia del rey de Aram se agotó dado que las pérdidas eran incontables.
Eliseo había logrado ganar todas las batallas para el pueblo de Israel y ahora
le tocaría ganar una batalla personal de esas que no tienen méritos o aplausos,
de las que no cubriría las páginas de un principal periódico de Israel.
Una de las
mujeres de los hermanos profetas llamó a Eliseo, diciendo: Mi marido ha muerto
y tú sabes que tenía temor a Yahvé. Pero el hombre a quien debíamos el dinero
ha venido a cobrar la deuda con los intereses y cómo no tengo con qué pagar quiere tomar a mis hijos por esclavos. Eliseo preguntó ¿Qué puedo hacer por ti? Esas palabras lo comprometían pero inmediatamente invocó a Dios en su interior para no asustar a la viuda. A su mente llegó nuevamente la imagen de Elías ¿Qué haría en mi lugar? no pasó un segundo cuando su memoria activó una experiencia contada por el propio Elías, de hecho no sé si por casualidad o por Diosidad fue con otra viuda. En Sarepta y la escritura cuenta que Dios ordenó a una viuda que le diera comida. Al llegar a la entrada de la cuidad vio a la viuda y le pidió agua y pan. Ella le respondió: “Por Yahvé tu Dios”, aparentemente ella no practicaba la fe de Eliseo, pero la manera de Dios manifestar su misericordia; demostrará su poder infinito como ya veremos.
Decía la
viuda: “No tengo ni torta, no me queda nada de pan, solo un puñado de harina y
un poco de aceite en un cántaro, estaba recogiendo leña para hacer un asado y
ahora regreso a casa para preparar esto para mí y para mi hijo” “Cuando hayamos
comido me sentaré a llorar para esperar nuestra muerte” Elías le dijo: “No temas, vete a tu casa a
hacer tu cena, pero primero hazme un panecito a mí pues tengo mucha hambre”; “Porque
así dice Yahvé mi Dios, no se terminará la harina de la tinaja ni se agotará el
aceite del cántaro hasta el día en que Yahvé envié lluvia”.
Con esta
anécdota en su mente Eliseo logró tomar fuerzas nuevamente y consolar a la
viuda, ahora la historia lo llevaría a confiar en la promesa de Elías cuando
subía en lo alto. Eliseo dividió las aguas, esto no sería difícil pero no
dejaría de ser una gran responsabilidad, comenzaría a preguntarle con qué
contaba pues lo demás dependería de la Fe.
Eliseo
aprendió a luchar en la vida, le enseñaron a no dejarse llevar por la corriente
del mundo que preferían vivir del gobierno y de sus ayudas económicas. Esto en
ocasiones lleva a la pereza y la sociedad se enferma, nacen los vicios en
aquellos que no desean trabajar porque el estado los mantienen, con razón San
Pablo decía: “El que no quiera trabajar que no coma”, el Señor advirtió a Adán
y a Eva que con el sudor de su frente se ganarían su pan, pero siempre hay
quienes tergiversan la escritura y dicen con el sudor del que tienes en frente
te ganaras tu pan. Eso no es legal, por esa razón Eliseo preguntó: ¿Qué tienes?
o sea ¿Con que cuentas en la vida? ¿Cuáles son tus talentos y habilidades?
Eliseo le
dijo: “Pide prestado a tus vecinos vasijas vacías, después entra a la casa con
tus hijos y cierra la puerta” La miró a los ojos eran tan bellos, eran azules
como el océano que se confunden con el cielo. En ellos vio a la mujer, aquella
que brinda amor con su mirada, aquella que ama a sus hijos y lo verbaliza.
Porque hay
quien ama pero no lo expresa, ni lo dice con su boca y la boca era para algo
más que para comer. Ella, la mujer viuda seguía siendo joven. Luego siguió Eliseo:
“Usted tomará el envase que tiene un poco de aceite y echará en las que le han
prestado y a medida que se vaya llenando, las pondrá aparte” y es que siempre
necesitamos de Dios. Aunque no te des cuenta, todo ocurre porque Él lo permite
y Eliseo deseaba que aprendiera a ser independiente pero estaba consciente que
de Dios es toda bendición incluso en los negocios, por eso pidió el milagro del
aceite “Tomen nota empresarios”.
Ella puso
el aceite, los vecinos pusieron las vasijas vacías, es decir sin nada, porque
nada tenemos realmente cuando reconocemos que todo viene de la divina
providencia. Están vacías para abandonarse
en Yahvé que sabe llenar nuestros
espacios vacíos. Dios puso todo lo demás, por eso el aceite se multiplicó y
sobró. Nosotros debemos hacer lo mismo, pongamos nuestras ideas y talentos, y
Dios bendecirá nuestras empresas, entonces se multiplicarán las ventas, llegarán
más pacientes a tu oficina es decir se multiplicarán. Llegarán más
auspiciadores para tu programa de televisión y de radio. Te llamarán a más
misiones en el extranjero, la gente diezmará, llegarán más personas a tu taller
de mecánica, a la empresa a la cual pertenezcas o el negocio que dirijas. Si
estas consciente, he aquí la palabra mágica, estar conscientes significa estar
seguros del amor incondicional de nuestro Padre.
Si el hijo
le pide pan su padre su padre no le dará una piedra, es decir provee, Dios no
pone piedras u obstáculos en tu camino, las pone el otro, el enemigo, las
circunstancias, pero Dios puede quitarlas. Él puede allanar tu caminar.
Entonces el aceite de bendiciones y prosperidad no se acaba, se multiplica,
porque es mejor ser próspero que rico porque el rico guarda para que no se
acaben sus tesoros y el que confía en Yahvé, sabe que si se está acabando lo multiplicará.
Cuando
llenaron las vasijas, ella dijo a su hijo: Tráeme otro envase. El respondió: Ya
no hay más. Y se detuvo el aceite. Ella fue avisar al hombre de Dios que se
había acabado el aceite. Este le dijo: Corre a vender el aceite para pagar a
tus acreedores y con las ganancias que sobren, podrás vivir tú y tus hijos. Es
decir ya tenía un medio para vivir y con lo que sobró podía reponer el aceite
vendido, comprar más vasijas y con eso continuar su negocio. El aceite se
detuvo porque ahora dependía de ella, de su capacidad de administrar su
bendición ya Dios le había regalado lo necesario, pero debería ahora ser
organizada en sus finanzas, para no volver a cometer los errores del pasado y
no tomar prestado o comprar más de lo que ganaba.
Entramos a
la zona de la prudencia y el ahorro. A veces compramos cosas que no necesitamos
y nos da pánico comprar lo que si tenemos necesidad. Gastamos en cosas caras
sin importar cuánto cueste, pero para la salud o para los que necesitan
vacilamos en dar.
A Yahvé le
gusta que sus hijos sean ejemplo de control y sabiduría, siempre confiando en
la providencia de Dios que como dijo el propio Eliseo: “Podrá vivir tú y tus
hijos”. Recuerda esa promesa es también para ti y para mí.
Eliseo se
fue a dar una vuelta para descansar por Sunem, una dama llamada Araceli que
significa “Altar del cielo” lo invito a comer. Y siempre que viajaba a ese
pueblo iba a esa casa a comer.
La dama
dijo entonces que su esposo llamado Barjonas que significa “Hijo de Paloma” le
dijo: Mira este hombre es un santo varón de Dios. He pensado si estás de
acuerdo, que le preparemos una habitación con una cama, una silla y una
lámpara. De esta manera estará más cómodo. Ojalá hoy día muchos pensarán como
esta señora que se adelantó a lo dicho por San Pablo “Dios bendice al dador
alegre”, equivocadamente algunos por no leer la sagrada escritura y por mala
formación creen que los siervos de Dios deben vestir andrajosos, pobres
materialmente hablando, que no merecen cosas buenas y eso es totalmente falso,
ya que en aquellos tiempos una habitación con silla, cama y lámpara era algo
lujoso dada la época. En otras palabras a Dios lo mejor y a sus representantes
honor y respaldo.
Eliseo en
aquella habitación logró encontrar paz, ahí nadie lo molestaba pues casi no lo
conocían, allí sabían tratarlo, pero Eliseo sabía que tarde o temprano la fama
llegaría y alguien le pediría un favor, mientras tanto aprovechaba el momento
de privacidad para hablar con Dios, una tarde después de ayunar durante todo el
día, comenzó a recibir visitas de ángeles los cuales lo instruían en los planes
de Yahvé.
Un buen día
tuvo un éxtasis en el cual Yahvé lo llevo a una montaña y le presento el
futuro de la humanidad, allí vio cosas que no entendía pero el buen Dios
siempre está dispuesto a explicar la primera visión. Vio guerras, las cuales
estaba acostumbrado a ver pero estas eran más sofisticadas, y había más muertos
además de hambre.
Esto
estremeció a Eliseo, el cual no comprendía tanta destrucción aquellos niveles. Luego
Dios le mostró a las viudas y a sus niños, los cuales lloraban todas las noches
extrañando a sus padres. Esto lo vio de ambos bandos, tanto los buenos como los
malos ya que en la guerra nadie es realmente un ganador, unos son humillados y
otros se van con el peso de la culpa y la mala imagen internacional, Dios le
mostró las enfermedades del hombre, entre ellas el sida, la gonorrea, el
herpes, la clamidia y casi todas de trasmisión sexual, vio que hombres
pretendían ser mujeres usando el silicón. Mujeres que pretendían ser hombres
usando la cirugía. Le mostró ciudades con rascacielos y le pareció pequeña la
torre de babel, vio personas encerradas en una caja de plástico actuando, otras
veces cantando, se refería a la televisión. Aves de acero volar el firmamento y
grandes peces de hierro cruzar los mares, delfines de metal con espadas que le
salían de sus espaldas para destruir países, flechas que botaban fuego y
seguían a sus enemigos hasta que los explotaba, hombres con pedazos de acero
fundido que escupían algo invisible pero mataba de forma visible, rinocerontes
con ruedas atacaban sin piedad, algunos lagartijos raros como los describía.
Tenían algo
que llamo la atención, eran unas frutas que parecían uvas que eran arrojadas a
las personas y luego explotaban levantando sus cuerpos y muchas veces
desmembrando sus partes del cuerpo, Vio otras cajas plásticas con números y
letras que corrían de lado a lado con imágenes que se movían en otra pequeña
pantalla con la cual se enviaban mensajes desde cualquier parte del mundo,
otros utilizaban unos palos pequeñitos
de los cuales salió humo y las personas luego morían de una enfermedad llamada
cáncer.
La
corrupción gubernamental excedía los límites mentales y las películas de
ciencia ficción se quedaban cortas. A todo esto Eliseo asustado con las
libélulas metálicas que disparaban fuego dejando grandes agujeros, pidió a Dios
iluminación. Yahvé envió al arcángel San Miguel ya que San
Gabriel se encontraba ensayando el saludo a María la madre de Jesús. Miguel que
es un experto en batallas espirituales ya que fue el responsable de expulsar al
diablo del reino celestial junto a sus secuaces los demonios rebeldes que andan
por el mundo confundiendo a la humanidad. Miguel conocía muy bien sobre
tácticas de guerra, pues tenía muy afilada su espada iluminada mejor que la de
Luke Skywalker.
Por eso estaba
al tanto de los detalles y al profeta explicó: Los hombres se rebelarán luego
de la venida del Mesías esperado, lo crucificarán y al tercer día resucitará
pero en los años venideros veremos al hombre transformarse de humano a máquina,
aunque tenga el corazón de carne tendrá la mente dañada por el egoísmo rampante,
por eso observaras hombres cambiar de sexo, las frutas que estallan son
explosivos de dinamita llamadas “Granadas”, que existirán en el futuro, las
libélulas de fuego que son naves piloteadas
por hombres llamadas helicópteros, las aves de metal les llamarán aviones, los
delfines de acero con flechas saliendo de las espaldas son submarinos, con
bombas nucleares capaces de destruir una ciudad con millones de habitantes en
su mayoría inocentes, la corrupción de los gobiernos, vendrá por la impiedad
del pueblo y sus líderes religiosos, tanto que se verá opacada incluso la Fe,
por el mal ejemplo de algunos amantes del dinero. La gente perderá la confianza
en las instituciones, las cajas de números son las computadoras, y fue San
Miguel explicando paso por paso, cada momento de la historia.
Eliseo
sabía muy bien que batallas llegarían pero su mente había sido expandida y su
visión del mundo también, pues bien sabía que fuera de su continente había
mucho por conocer.
Nota: Estas interpretaciones varían de teólogos a
biblistas por razones diversas hemos presentado aquí solamente las que tienen
más peso y aquellas útiles al libro, claro respetando otras opiniones.https://www.amazon.com/author/
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